REALISMO Y NATURALISMO A FINALES DEL SIGLO XIX



La pintura realista es una manifestación artística basada en la experiencia de los pintores y el entorno que los rodea, principalmente los escenarios populares.



Este movimiento consagra al hombre con su realidad, como por ejemplo donde vive, su habitación, la vida cotidiana, el pueblo o la naturaleza, todo esto representado como realmente se aprecia en la vida real, sin incurrir en idealismos. Reflejar costumbres populares y escenas cotidianas, lo más parecidas a si pusiéramos un espejo ante la realidad. 



Las principales características de estos movimientos pictóricos son:



Refleja los escenarios cotidianos de forma objetiva. Reproduce exactamente la realidad del entorno.

En la pintura realista, la explotación laboral, la vida del campesino o de las personas humildes, son las temáticas más empleadas, ya que de manera indirecta aborda temas de interés social.
Profundiza en cada detalle para alcanzar la perfección en la minuciosidad de la descripción de la obra, con el fin de acentuar la belleza real de la naturaleza o plasmar la realidad humana. Por ello, los pintores realistas son considerados como los cronistas de la pintura.
Durante esta época los artistas optaron por reproducir las problemáticas sociales de aquel momento, entre estas la explotación laboral en niños y mujeres, las viviendas en estados precarios,  los horarios excesivos, todo esto como símbolo de denuncia social.





Gustave Courbet, nació en Ornans, Doubs, Francia, el 10 de junio de 1819.Además de ser un activista democrático muy comprometido, republicano, cercano al socialismo revolucionario, se le considera fundador y máximo representante del Realismo. Sus obras más relevantes fueron El taller del pintor y el Entierro en Ornans.




Jean-François Millet, Nació el 4 de octubre de 1814 en Gruchy. El ayuntamiento le otorgó una beca para que estudiase en París. Cursó estudios de pintura en Cherburgo y en 1837, en París con el pintor francés Paul Delaroche. Millet se unió a la escuela de Barbizon de artistas paisajistas. Allí pintó algunas de sus obras más famosas de campesinos realizando sus tareas en el campo, entre las que destacan Las espigadoras (1857, Museo del Louvre, París) y El Ángelus (1857-1859, Museo D'Orsay, París), así como El sembrador (1850) y Los plantadores de patatas (1862), ambos en el Museo de Bellas Artes de Boston.


Comentarios